"¡Bueno, a ver que tal...!", me dije, "hace tiempo que no vas a concierto alguno", "este tipo es una figura esencial de la música funk" y blablabla... me estaba engañando, claramente, porque, efectivamente, en ningún momento pudo ser, y mi instinto no me engañó esta vez tampoco, así que aquí va la cronica de un concierto fallido. la deshonestidad de un artista, el fanatismo y la estrechez de miras...
Para empezar decir que tengo una mente bastante abierta y un gusto musical bastante ecléctico y no le hago ascos a casi nada. Y que esto del jazz es nuevo para mí, y ya me he acercado a él desde diversos frentes. Y que no me voy a hacer un "freak" del jazz y el funk porque estaría descuidando mil músicas distintas que todavía tengo que apreciar en esta corta vida que tenemos... a pesar de que, como nos vamos haciendo viejos, "parece" que esta sea la música que toca escuchar ("parece" es la palabra irónica importante aquí). Respecto a actuaciones de jazz anteriores, solo en una ocasión presencié algo en vivo, a Chano Domínguez, en el Teatro Central, hace ya casi 10 años.
Sala X desde fuera antes del concierto |
Se suponía que lo que íbamos a presenciar era una especie de tributo a la música de Jimmy Smith. Bueno, pues respecto a la actuación, mi impresión sobre lo que ví no fue muy positiva, y comento a continuación las razones. Primero, como era un tributo a Smith, el artista solo iba acompañado de dos músicos jóvenes que trajo, uno que tocaba el órgano hammond, y el otro un francés que tocaba la batería, y Fred, de vez en cuando, aportaba algo de su "sabiduría" musical (que no dudo que la tenga). Un poco parca la formación... "¡Es que es jazz!" "Ah, perdón". Segundo, y voy ya al grano, el tipo no podía ni soplar el trombón, así de sencillo... Tercero, tengo que decir sin pudor que ese señor estaba no gordo, sino super gordo (la soberbia también alimenta), y en alguna que otra ocasión desapareció del escenario para volver limpiándose la boca (de comer algo), y es más, en alguna de estas, cuando volvió se sentó directamente en un lateral a contemplar a la juventud tocar.. ¡y no llevábamos ni la mitad del concierto!... Además, para más inri, iba un poco de diva y no permitió que se le hicieran fotos... y lo ví también un poco engreído y mandón, con pinta de haber sido alguien en su día, pero ya no ser nadie, para su desgracia y la desgracia de los demás. Y lo más importante, musicalmente me quedé frío (y creo que parte de la sala también, por lo que noté y ví gran parte del concierto)... solo al final bailó un poquillo la gente cuando interpretó los temas supuestamente más marchosos...
En resumen, que para mí aquello fué un poco suplicio, un timo de actuación, una estafa... Y cuando acabó el concierto, con la que parecía su hija al lado, firmó autógrafos y vendió carteles y camisetas, y se largó rápido, en marcha me imagino a dar el golpe en la siguiente ciudad de incautos desprevenidos... Lo sé, lo sé, el jazz es distinto, ya lo decía Lisa Simpson, "hay que escuchar las notas que no suenan" y blablabla... pero cuando un gordo sentado no te transmite una mierda de energía de la de verdad, sea quien sea el tipo, y tu sabes que él sabe que está haciendo el paripé, para irse al día siguiente al próximo garito para hacer la misma mierda, uno pasa de jazz y de su p. m.... No, no ha sido una buena toma de contacto con el old schol funk/jazz o lo que sea. Antiguamente los músicos de blues que se tenían que buscar la vida, acababan de conserje o trabajando en una fábrica de automóviles. En USA el seguro médico será más caro, pero hay más oportunidades Fred... que aquí la vida está muy mala hombre, y hay mucho paro como pa gastarse 16 euracos en un músico de color gordo sentao y famoso sólo por haber tocado con James Brown... Y es que si me tocan el bolsillo para mal, me tocan la moral entera..
Lo sucedido me recordó a la medio estafa de un concierto de Calamaro aquí en Sevilla, en el año 97, con el argentino totalmente fumado, aporreando el piano y cantando sin entendérsele una mierda... dejé de escuchar sus siguientes discos, y aunque poco después volviera para dar un concierto en un local cercano, no sé si para resarcirse, a mí me dió igual (no así al colega con el que fui), para mí "Caramalo" dejo de existir en este planeta... Otro caso similar sucedió cuando ví al vejestorio de Dylan en 2008 (dos veces, en el plazo de pocos días, por culpa de un maldito compromiso, ¡glups!)... menuda rata que a ver quien la mata, dando por culo con 68 años, y escondiéndose detrás de un muro de guitarras atronadoras...
Como ejemplos de lo opuesto, es decir, de la honestidad y profesionalidad, recuerdo a un Neil Young de 63 años en un inmenso escenario al lado del río Tajo, en Lisboa, en el 2008, dándole a la guitarra con pasión todavía adolescente, o a un brillante Springsteen (57 años) en la Plaza de Las Ventas dándolo todo y más en 3 horas y media de honradez y buen hacer. Sé que estos no son artistas de jazz, que rock y jazz son músicas distintas, pero no me caí ayer de un guindo, y lo de este tipo ha sido de traca.
Pero para no ser injusto, tengo que escuchar también las otras opiniones. La perspectiva de quien me invitó se resumiría en lo que me dijo, que fue que "ya podía tacharlo de la lista de la gente que tenía que ver al menos una vez en su vida"... "Joder", me dije para mis adentros... "maldita lista y maldita obligación la tuya"... A ver, yo no voy a un concierto para tachar a un músico de la lista, me la suda, sea quien sea. Sencillamente porque si soy "fanático" de algo me voy a perder mil cosas buenas que pululan por ahí. No puedo escuchar sólo jazz y funk, ver a sus viejas glorias (que ya tienen una edad), y perderme todo lo demás. Yo ya pasé por fanatismos en su día, pero imagino que es la edad (y también la personalidad) la que te dá perspectiva. En cuanto a fanatismo trasnochado, como ejemplo puedo decir que con 18 años, en el año 92, yo, que era un gran fan de U2 (aunque también escuchaba trash metal), fui a verlos en directo y poco después los abandoné definitivamente, porque ví que dejaron de ser honestos, y que se estaban convirtiendo en un meganegocio, en una gran mentira. El tiempo me ha dado la razon y se ha demostrado que son unos hipócritas (o al menos Bono) y que han estado engrosando sus cuentas radicadas en paraísos fiscales. No eran para nada honestos. Yo sí lo fuí conmigo.
Sé que son muchos factores y que es difícil resumir qué es lo que te hace acudir a un concierto de música... Para un viejete como yo de 40 tacos sirve para desconectar de la rutina que nos ahoga... algo así como un paréntesis rebelde donde volver a ser joven, poder celebrar en comunidad con los demás, y si apetece, bailar, saltar, cantar o simplemente escuchar la música en vivo. Y en cuanto a la actitud/profesionalidad del artista, éste se tiene que dejar el pellejo o intentarlo todo lo que pueda. Si no, se está engañando él y engañando a los demás. El artista, como todo profesional, debe de ser honesto y sino, que no salga de gira, que se meta a jardinero de mientras... Y cuando el artista vea que ya no puede hacer feliz a la gente, que se retire, que desaparezca, dejando si es posible un halo de misterio detrás de tí, que ya te rescatará en su debido momento alguna revista o algún loco de la música que sepa valorarte y podrás revivir una nueva era (ya estés vivo o muerto)...
Y respecto a las listas, si tengo una lista tipo "hacer antes de morir", la mía sería de festivales de música que tengo que visitar, festivales de música del mundo, para los que emplearía palabras como "variedad", "distintas culturas", "distintos países" (¡no todo lo bueno está en USA, origen de la decadencia actual del mundo!")... porque el mundo es muy grande y no se puede visitar todo, pero hay otra forma de "viajar" aunque sea musicalmente, de "conocer" y ampliar tus horizontes, y es escuchandolo qué se cuece al otro lado del planeta... Y gracias a Dios esos artistas hacen giras y van a festivales... Hablo de festivales no muy distantes y que me llaman la atención desde hace tiempo y a los que voy a tener que acudir tarde o temprano y gastarme los dineros, como el Festival de Músicas del Mundo de Sines, La Mar de Músicas en Cartagena o el Womad de Cáceres (aunque éste sea una inmensa macrobotellona he leído por ahi...). Incluso el Territorios de Sevilla tiene cierta mezcla y variedad (en mi ciudad, todo un logro)... Y poder ver a artistas como Vieux Farka Touré, Salif Keita, Hindi Zahra, Ondatrópica, Seun Kuti, Bombino, Tinariwen, Ebo Taylor, Imperial Tiger Orchestra, Konono nº1... Artistas de todo el mundo, de diversos géneros y/o estilos...
Mi conclusión final en esta entrada bloguera es la siguiente: Hay que ser más abierto y menos friki si quieres obtener un completo jugo de la música que nos rodea... Si no, uno se pierde muchas experiencias enriquecedoras... ¡Viva la música que te hace sentir joven y que no mira al pasado ni al estilo, fuera los estereotipos!.
Para terminar, y en honor a la música que tanto nos hace disfrutar, dejo aquí este botón de muestra de hace 17 años, cuando Fred estaba gordo, pero mucho más suelto y funky... ejemplo de lo que pudo ser el concierto... pero también de lo que ha sido este hombre.
Y un ejemplo de actuación de un artistazo de color que vive en la carretera, duerme en el autobús y no está gordo (y salió en el documental Road to Memphis de la serie de blues producida por Scorsese): Bobby Rush... bendita decadencia
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