miércoles, 26 de febrero de 2014

La espada del mal (Sword of Doom, 1966)

Sword of Doom
Película de samuráis basada en una novela inacabada de 1913, está protagonizada por Tatsuya Nakadai, uno de los dos actores fundamentales, junto con Toshiro Mifune, en la historia del cine japonés. Nakadai aparece en icónicas películas de samuráis como Harakiri, Samurai Rebellion... y también en otras dirigidas por otro gran monstruo del cine japonés: el gran Akira Kurosawa, y me refiero a películas como Kagemusha, Ran, Yojimbo, Sanjuro... de enorme trascendencia en el cine de samuráis.

En esta ocasión, el bueno de Nakadai encarna a Ryunosuke Tsukue, un samurái obsesionado, por decirlo de alguna manera, con "el lado oscuro de la fuerza". Y es que, en un momento determinado de la peli, hasta el actor que hace de su padre pide que se lo carguen, de lo malo que es el tipo... Porque es que Ryunosuke realmente disfruta matando y es incapaz de sentir el menor remordimiento por ello, está fascinado con su katana y con lo que es capaz de hacer con ella.


Nuestro protagonista, tras matar en un entrenamiento a un oponente local, deja el pueblo acompañado de la mujer de su oponente, no sin antes resolver por la vía rápida una emboscada que le tienden unos 20 tipos por el camino, y en su nueva ubicación, se dedica a cometer robos y asesinatos con un grupo de ladrones y a beber sake en su casa, en los ratos de asueto, amargándole la vida a la mujer, mientras maquina con cara de loco qué perrerías le hará al próximo que se le intente cruzar en su camino... Es, digamos, un jodido psicópata... 

La espada del mal

Al cabroncete de Ryunosuke intentan cambiarlo, pero no hay manera... Uno de los samuráis que aparecen le suelta, en un momento determinado, una gran frase que se me quedó grabada y que reproduzco aquí: "La espada es el alma. Estudia la espada para conocer el alma. Mente malvada, espada malvada"... Este personaje no es otro que el gran Toshiro Mifune en el papel de maestro de escuela de artes marciales... otra ocasión más en la que coincidieron los dos grandes, como ya hicieran en Samurai Rebellion, Yojimbo o en El Infierno del Odio.

En la segunda mitad, para mi desgracia, la película empieza a perder algo de fuelle y una serie de historias de personajes paralelos ni se acaban por desarrollar completamente, ni aportan nada a la trama, desembocando todo al final en una tremenda (y ansiada) carnicería del protagonista contra 30 tipos, y donde el protagonista vende cara su piel, dándolo todo hasta el último minuto...

La espada del mal

Lo mejor de la película es, a parte del juego de claros y sombras, la interpretación de nuestro hombre, hierática por momentos, en otros de una maldad y sadismo absolutos. Y por supuesto, las escenas de combate, imprescindibles en este tipo de películas.

La espada del mal

Para algunos una obra maestra, para otros (entre los que me incluyo), no es para tanto... eso sí, una película entretenida y una buena oportunidad para acercarse a este mundo tan varonil y arcaico, donde imperaban las leyes del shogunato, y conceptos como el honor, la lealtad y la valentía eran considerados fundamentales por sus protagonistas...

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