domingo, 24 de febrero de 2013

Little Boy Quique


Tenía ganas de verlo en directo. En la Avenida de la Constitución ya lo había visto varias veces, como mucha gente en Sevilla capital. En el Café del Cine (Tomares) había tocado alguna vez, pero no me decidía a coger el coche para ir hasta el Aljarafe. Y ahora que ultimamente está tocando en el Perro Andaluz, a dos pasos de mi casa, sencillamente no podía dejarlo escapar.

Tuve la suerte de charlar un poco con él. Se vé un tipo sencillo, humilde, amable, y le comenté que cuando yo era un chaval y bajaba a la calle a jugar al fútbol, lo veía tocar su guitarra en el parquecito que había al lado del campo de fútbol, cerca de las vías del tren... tenía yo 13 años, y ya entonces me impactaba su dominio de la guitarra acústica... Creo recordar vagamente haberle escuchado tocar y cantar algo de Sabina en alguna de aquellas ocasiones...

Luego he ido leyendo sobre él y sobre otras figuras insignes del blues sevillano, y he comprobado que ha estado tocando con ellos, durante mucho tiempo, por ejemplo con el armonicista de la Caledonia Blues Band, Mingo Balaguer, en una banda llamada BluesVille, y desde hace bastante tiempo además. La trayectoria de Quique es larga (tiene 42 años) y ha estado tocando a lo largo de estos años en diversos sitios de Sevilla como La Carbonería o la Taberna Pilatos, hoy desaparecida.





Según me comentó, a tocado hasta con Raimundo Amador... y me pregunto donde estaba yo cuando este virtuoso de la guitarra ha tocado en esos lugares... Claro, mi afición por el blues ha sido mas bien reciente, por eso no le presté la atención debida hasta ahora... Pero ayer en el Perro Andaluz tuve la suerte de verlo y cruzar un par de palabras con él. Le pregunté si conocía al que es uno de mis bluesman favoritos, Doctor Ross, y me comentó que por supuesto. Otra de las canciones que tocó, Big Boss Man, es versioneada por Slim Harpo, otro de mis favoritos, aunque originalmente sea de Jimmy Reed como él me comentó.

Realmente su dominio de la guitarra es impresionante, apabullante, así como del slide y la armónica, y repasó clásicos del blues como Hoochie Coochie Man (Muddy Waters), Baby Please Don't Go (Big Joe Williams), Cross Roads Blues (R. Johnson), Forty Days Forty Nights (Waters de nuevo)... Para los amantes del blues, entre los que me considero, a este señor habría que hacerle un pedestal, porque el blues, por lo general, aunque sea una música melancólica, minoritaria, y que habla de los palos que te dá la vida, este señor lo eleva a la categoría de arte, y en la ciudad del Guadalquivir, o como al parecer a él le gusta decir, Guadalssissipi, hay pocas oportunidades de ver algo tan auténtico.

Algunos extractos:




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